Shuhei empieza a descubrir un mundo ajeno al control enfermizo de su posesiva madre. Una nueva situación familiar que desencadena una tragedia.
No te voy a engañar: la película duele. Juega bien las cartas que quiere mostrar, que es un dolor de madre que te perseguirá de por vida. Shuhei, nuestro protagonista que no es la madre, se convertirá en el futuro de Psicosis o de Only God Forgives.
No es una película como para decir que no vas a sufrir, porque vas a sufrir. Cuenta la historia de como una madre nini tiene un hijo, una adicción muy gorda a las apuestas y unas insaciables ganas de ser madre sin serlo de verdad. La historia es dura porque vas viendo cómo esta mami mina la moral y la mente de nuestro protagonista. Es su madre y la defenderá hasta el final.
Está muy bien en el sentido japonés, como son las películas de allí. Podría añadirla a la rama de 0.5mm, ya que es un estilo de vida donde aprovechan el momento sin querer tener una vida normal. Los aires de Parasyte está por aquí también, ya que parece que quieren ahora hacer películas de personas que fingen y se aprovechan de las personas buenas.