La Tierra está dominada por una criatura gigante que prolifera misteriosamente. Un grupo de 12 supervivientes ha formado una comunidad por necesidad para sobrevivir, sujeta a tres reglas: nada de violencia, nada de interferencias y nada de robos.
Premisa interesante: una catástrofe (no quiero spoiler el qué) que encierra a un grupo de personas en un hotel porque no han podido evacuar a todos. Lo gracioso es que, como son japoneses, se les espera que todo esté todo muy ordenadito, el personal del hotel sigue trabajando y comportándose como un trabajador.
Tienes un grupo muy diverso, con personalidades diferentes y estilos de vida totalmente chocantes. Es interesante ver cómo se empiezan a relacionar y establecer órdenes. Si habéis visto ‘El triángulo de la tristeza’, es lo mismo pero si quitamos a un protagonista con dotes de supervivencia. Aquí son todos unos sosos.
El montaje es malo: hace la típica de grabar una película y montarla en cachos mezclando el pasado y el futuro, nunca encontrando el presente. En algunas películas tiene sentido, en esta es un recurso fácil para añadir tensión a una película que no sabe repartir la intensidad y el drama por la historia. Cuando decide parar de hacerlo, empieza bien la película con alucinaciones y psicosis. Pero es que nunca te puedes situar temporalmente. Eso es horrible. Si Bullet Train lo puede hacer bien, ¿por qué aquí no? Porque no hay forma de asegurarse cuándo ha pasado el tiempo en los personajes. Algunos cambian de ropa, pero otros, en años… siguen con la misma decadencia. No es un día, son años los que pasan…
Lo peor de todo es que tiene una recta final genial… Esto es lo que tendrían que haber repartido por toda la película y no tanta indiferencia. ¿Esperar 1 hora y 40 minutos de nada para luego un buen final? Te jode.
